Resiliencia es la capacidad de mantener el equilibrio por encima de las adversidades, de mantenernos a flote a pesar de las tempestades. Nuestro organismo ofrece muchas posibilidades no solo para la supervivencia sino para el disfrute y la ilusión por la vida. Pero los riesgos acechan, experiencias vitales dolorosas, enfermedades… aunque todo ello forma parte inexorable de la vida es necesario dotarnos de la capacidad de afrontar todo ello desde la aceptación y el manejo adecuado que nos permita vivirlo sin que nos adentre al fondo del océano.
Flotar, remar y dirigirnos a tierra firme.
Disponemos de una importante plasticidad neural, es decir, nuestro cerebro es capaz de adaptarse ante las experiencias de la vida y así, hacer gala de la mejor característica de la inteligencia humana, la adaptación al medio por encima de todo lo demás. Pero hemos de estar atentos a los procesos de estrés que se convierten en auténticas tempestades que acechan nuestro equilibrio y que pueden llegar a hacer ineficaz nuestra respuesta inmune y todo nuestro arsenal de respuestas defensivas.
Integrar en nuestra vida el ejercicio físico, una alimentación justa y proporcionada a lo que nuestro organismo necesita, ejercicios de calma mental y técnicas de regulación de nuestras emociones, serán la guía para conseguir esos niveles adecuados de resiliencia y promoverán el proceso de neurogénesis, es decir el nacimiento de nuevas neuronas y conexiones entre ellas, indispensables para una vida saludable.
Convertirte en una persona resiliente, si aún no lo eres, supone:
- Asumir que no se puede vivir de los recuerdos. Aquello que te funcionó durante tiempo atrás quizá ahora te resulte inútil porque estás en otro momento vital, con otras necesidades y circunstancias. Así, que evalúa dónde estás y fortalécete.
- Analizar qué necesitas para seguir evolucionando y haciendo músculo mental. Tal vez, seguir haciendo nuevas relaciones además de mantener las que ya disfrutas, tal vez probando nuevos ejercicios físicos para mejorar aspectos de tu cuerpo que ahora detectas que tienen necesidad, tal vez probando ciertos alimentos que te puedan sentar mejor, etc.
- La Resiliencia no es un valor estático sino que evoluciona y has de mantener vivo su espíritu que no es otro que mantenerte fuerte siempre.
