Hace unas décadas, sugerir la posibilidad de deshacer ciertos aprendizajes, reconducir otros o incluso seguir aprendiendo a buen ritmo chocaba con las limitaciones que se conocían de nuestro cerebro, de sus procesos básicos, de las neuronas y de las relaciones entre unas y otras. “demasiado viejo para eso”.
Uno de los grandes hallazgos fue que la neurogénesis, es decir, el nacimiento de nuevas neuronas, sigue al menos hasta los noventa años.
Pero no fue el único descubrimiento:
- El cambio de creencias y pensamientos disfuncionales resulta ser especialmente exitoso en terapia cognitiva, prácticamente durante toda la vida y depende del empeño de la persona en identificarlos, cuestionarlos y seguir permitiendo que la capacidad de pensar y reflexionar haga el resto, es decir, seguir creando nuevos conocimientos y crítica personal sobre la vida y experiencias.
- El cambio de “malos hábitos” viene a ser como la oportunidad de descubrir la capacidad que tenemos dentro para cambiar, progresar y evolucionar. Se ha demostrado que somos capaces, con una buena guía e identificando los elementos sobre los que cada persona ha de centrarse, que es posible realizar grandes cambios en la alimentación, en el estado físico deportivo, en el cuidado de factores de riesgo, en respuestas internas que parece que nos van a acompañar toda la vida y que, en realidad están ahí para ser cambiadas y mejoradas. “capacidad de adaptación en estado puro”.
- La mejora de la actitud no tiene límites y aunque se ve influida por todos los aspectos anteriores, ha demostrado ser independiente y que funciona de manera paralela, de tal forma que supone uno de los elementos que más puede cambiar a lo largo de la vida y que más directamente depende de la persona.
En definitiva, estos nuevos caminos neuronales están ahí esperando que los abones, que tomes decisiones, que permitas que tu mente se libre de la esclavitud de muchas de las respuestas automáticas, la mayoría elaborada por ti misma, y que los establezcas como una nueva forma de vivir, sin estrés y alineando tus respuestas internas para que favorezcan un sistema inmune fuerte, estable y preparado para proteger.